Trump, Orwell y otras distopías

Con la llegada de Donald Trump al despacho oval se han disparado las ventas de “1984” (se habla de un incremento de un 10.000%), la famosa obra de George Orwell. En ella nos relata cómo es la sociedad bajo un gobierno autoritario, controlador y oscurantista. Una historia distópica en toda regla, vaya.

Si tienes ganas de recrearte en este tipo de ambientes te dejamos esta serie de recomendaciones (todas las puedes encontrar en la biblioteca):

“1984”, George Orwell. En el año 1984 Londres es una ciudad lúgubre en la que la Policía del Pensamiento controla de forma asfixiante la vida de los ciudadanos. Winston Smith es un peón de este engranaje perverso, su cometido es reescribir la historia para adaptarla a lo que el Partido considera la versión oficial de los hechos… hasta que decide replantearse la verdad del sistema que los gobierna y somete.

“Un mundo felíz”, Aldous Huxley. La novela describe un mundo en el que finalmente se han cumplido los
peores vaticinios: triunfan los dioses del consumo y la comodidad, y el
orbe se organiza en diez zonas en apariencia seguras y estables.
Sin embargo, este mundo ha sacrificado valores humanos esenciales, y sus
habitantes son procreados in vitro a imagen y semejanza de una cadena
de montaje.

“Fahrenheit 451”, Ray Bradbury. Montag, el protagonista, pertenece a una extraña brigada de bomberos
cuya mision, paradojicamente, no es la de sofocar incendios sino la de
provocarlos para quemar libros. Porque en el pais de Montag esta
terminantemente prohibido leer. Porque leer obliga a pensar, y en el
pais de Montag esta prohibido pensar. Porque leer impide ser
ingenuamente feliz, y en el pais de Montag hay que ser feliz a la fuerza.

“La carretera”, Cormac McCarthy. En un mundo apocalíptico donde llueve ceniza, un hombre y un chico cruzan a pie el territorio norteamericano en dirección al sur. El hambre es mucho más que una preocupación diaria: es la medida de todas las cosas, y las bandas de caníbales asolan el país convertido en un yermo donde solo la barbarie ha echado raíces. El amor de un padre por su hijo es, sin embargo, la única luz de una tierra que ha perdido a sus dioses. Quizá el fuego de la civilización no se haya apagado para siempre.

“Neuromante”, William Gibson. Un futuro invadido por microprocesadores, en el que la información es la
materia prima. Vaqueros como Henry Dorrett Case se ganan la vida
hurtando información, traspasando defensas electrónicas, bloques
tangibles y luminosos, como rascacielos geométricos. En este
espeluznante y sombrío futuro, la mayor parte del este de Norteamérica
es una única y gigantesca ciudad, casi toda Europa un basural atómico y
Japón una jungla de neón, corruptora y brillante, donde una persona es
la suma de sus vicios.

“La naranja mecánica”, Anthony Burgess. La historia del nadsat-adolescente Alex y sus tres drugos-amigos en un
mundo de crueldad y destruccion. Alex tiene, segun Burgess,”los
principales atributos humanos; amor a la agresion, amor al lenguaje,
amor a la belleza. Pero es joven y no ha entendido aun la verdadera
importancia de la libertad, la que disfruta de un modo
tan violento. En cierto sentido vive en el Eden, y solo cuando cae
(como en verdad le ocurre, desde una ventana) parece capaz de llegar a
transformase en un verdadero ser humano”.

“Ensayo sobre la ceguera”, José Saramago. Un hombre parado ante un semaforo en rojo se queda ciego subitamente. Es el primer caso de una ceguera blanca que se expande
de manera fulminante. Internados en cuarentena o perdidos en la
ciudad, los ciegos tendran que enfrentarse con lo que existe de mas
primitivo en la naturaleza humana: la voluntad de sobrevivir a cualquier
precio.

“¿Sueñan los androides con ovejas mecánicas?”, Philip K. Dick. Tras la guerra nuclear, la Tierra ha quedado sometida bajo una gran nube
de polvo radioactivo. La gente ha emigrado a otros planetas del sistema
y se ha llevado a androides que les asisten. Algunos de estos han
escapado de la servidumbre y han vuelto ilegalmente a la Tierra. Y Rick
Deckard, cazador de bonifi caciones, es uno de los encargados de acabar
con ellos. Pero, ¿es justo matar a los humanoides sólo por el hecho de
serlo? ¿Cuál es el límite entre la vida artificial y la natural?

Si lo que quieres son películas puedes ver “Blade runner” de Ridley Scott, “La naranja mecánica” de Stanley Kubrick, “Minority report” de Steven Spielberg o las dos versiones de “El planeta de los simios”

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